Podríamos no habernos encontrado nunca, pero el sueño efímero y maravilloso de la vida se encargó de juntarnos para elaborar éste momento de amistad, poesía y canto murguero, que ayer nomás era un reto y hoy comienza a desandar el camino de un hermoso recuerdo.
¿Por qué canto? Canto para resistir a la tristeza y poner en la cabeza la alegría de vivir
Ay! que no cantamos, que no ay! que no cantamos, que no ni muy afinados ni muy afiatados. Pero si cantamos, que sí pero si cantamos, que sí dejando la vida en cada tablado.